La culpa y la preocupación, ¿cómo eliminarlas?
Nuestra vida se encuentra llena de momentos de culpa y preocupación, dos emociones que la mayoría de las veces tan solo nos sirven de distracción del momento presente. Sentimos culpa por lo que hicimos y preocupación por lo que podríamos hacer, olvidándonos así, del presente.
Dos zonas erróneas: la culpa y la preocupación
La culpa y la preocupación forman parte de nuestras zonas erróneas, y aunque sean dos emociones diferentes, en realidad podemos situarlas en los extremos de un mismo continuo. Así, cuando nos culpabilizamos por algo estaríamos desaprovechando el presente por estar inmovilizados por lo que ocurrió en el pasado, y cuando nos preocupamos, nos inmovilizamos por algo que se encuentra en el futuro, y sobre lo que no solemos tener el control. Ambas coinciden por lo tanto, en inmovilizarnos en el presente.
Alguien lanza un mensaje para que recordemos que hemos sido malas personas por algo que hicimos o no hicimos, sentimos o no sentimos o dijimos o no dijimos. Luego, respondemos sintiéndonos mal o incómodos en el presente. Así nos convertimos en máquinas o cajas de culpabilidad.
Aprender lecciones del pasado
Tenemos que saber diferenciar entre la culpa y el aprendizaje del pasado. La culpa como ya dijimos anteriormente es la inmovilización del presente, que puede ir desde un pequeño malestar hasta la depresión más severa. No hay culpabilidad que por grande que sea solucione o cambie un problema. Aprender de nuestros errores es algo sano y necesario para nuestro crecimiento y desarrollo personal. Nos permite avanzar.
Algunas estrategias para eliminar la culpa
Cualquier sentimiento de culpa que elijamos no contribuirá a solucionar el problema, porque no podemos cambiar el pasado.
–Pregúntate qué evitas en el presente por culpa del pasado. Así, poco a poco irás eliminando la necesidad de culpa.
–Empieza a aceptar de ti mismo cosas que has escogido, pero que puedan molestar a la gente. Es necesario que tú te apruebes a ti mismo, pues así desaparecerá la culpa que puedes sentir por no obtener la aprobación de los demás.
–Comienza a hacer un diario de culpas, en el que apuntaras todas aquellas situaciones en las que te sientes culpable, indicando que pierdes tiempo en el presente por angustiarte por el pasado. Esto te permitirá profundizar en tu culpabilidad. -Trata de enseñarle a las personas con las que te relacionas, y que tratan de manipularte a través de la culpa, que tú eres capaz de enfrentarte a las desilusiones que les provoque tu comportamiento. El resultado tardará en aparecer pero cambiará cuando vean que no pueden obligarte a sentirte culpable.
¡Adelante! Utiliza el pasado como trampolín, pero no como sofá.